[Crítica publicada originalmente en Freak’s City]
The Avengers: 4,5/5
Director: Joss Whedon.
Guionistas: Zak Penn (argumento) y Joss Whedon (argumento y guión).
Desde que Marvel decidió empezar a hacer películas de personajes incónicos que llevarían a The Avengers (desde que ellos empezaron a tener el poder de hacerlo), hay una cosa que se puede alabar de los productos que ha ido estrenando: han sido productos homogéneos, que realmente nos hacían sentir que eran parte de algo más grande y que, en su mayor parte, nos dejaban la impresión (a los lectores de cómics con unos años de lectura ya a las espaldas, por lo menos) de que eran bastante fieles al espíritu de los personajes que conocemos desde hace décadas. Así pues, hemos ido disfrutando de Iron Man, Iron Man 2, Thor y Captain America: The First Avenger los años pasados, encontrándonos con films competentes, con algunos momentos brillantes y algunas sombras que, sin embargo, no terminaban de eclipsar los resultados como con otras adaptaciones de las historias de los personajes de Marvel (Daredevil, Elektra, Ghost Rider…). Y, esa sensación de pertenencia a algo más grande se notaba también en que, de un modo u otro, poco o nada tenían que ver (en lo bueno y en lo malo) con las adaptaciones de Spider-Man (3 películas y una 4ª que en breve podremos ver) y los X-Men (4 películas y más en preparación). Y, si hay algo que me gustaba de estas películas es que, a diferencia de las películas de Batman de Nolan, me presentaban muy fielmente a los personajes que amo y me interesan en todo lo que construye su esencia. No me malinterpreten, he disfrutado mucho con las películas de Nolan pero, cualquier lector de cómics y seguidor de Batman, sabe que el personaje que hemos visto en esas películas poco tiene que ver con el de los cómics (científico, inteligente, detective, paranoico y siempre dos pasos por delante de sí mismo incluso, el Batman de los cómics no está por ningún lado en esas películas). Y, sin embargo, en las películas de Marvel, creo que la esencia de los personajes está muchísimo mejor captada y destilada. De hecho, el único personaje de estas adaptaciones, y por extensión de la película que nos ocupa, que no me termina de convencer, es Loki, que en los cómics es muchísimo más interesante y complejo. Pero bueno, ¿y cuándo nos vas a hablar de The Avengers? Ahora mismo pero, como las películas del hombre de hierro, el hijo de Odín y el primer vengador, a la película de los héroes más poderosos de la Tierra, esta reflexión es interesante hacerla, aunque no obligatoria para lo que viene después.
The Avengers es una de las películas más esperadas de los últimos años. De hecho, para mí, es una de las películas que más he esperado en la última década y punto. Tiene un presupuesto enorme, un hype que sólo he ha visto agrandado cada vez que alguien veía la película y nos decía que era la hostia, y un director y guionista conocido por amar y respetar a los cómics (que, además, carga con el peso de ser uno de esos autores que se suelen llamar, no sé si bien o mal, de culto). ¿Qué puede salir mal? Francamente, la pregunta es otra, ¿qué no puede salir mal? Porque, con una película de estas características, todo puede salir mal. Afortunadamente, no ha sido así.
En cuanto a la esencia argumental, la película no guarda muchas sorpresas, ni es lo nunca visto (es, básicamente, todo lo contrario), pero la belleza y lo complicado es hacer que ese argumento base sea lo suficientemente sólido para acoger un grupo de protagonistas con tanto peso y que todos tengan su papel de importancia, su momento de gloria y su contribución palpable en el desarrollo. Uno de mis principales miedos antes de ver la película era, a parte de cuál sería la historia, si todos los personajes iban a ser utilizados bien, con inteligencia y lo suficiente. Después de verla, sólo puedo decir que, quizá con la excepción de Ojo de Halcón (quien podemos decir que es el personajes menos aprovechado aunque, paradójicamente, siga teniendo un papel importante) y Maria Hill (el personaje con nombre más intercambiable), todos los personajes están usados de manera excelente, incluida la Viuda Negra, con quien también tenía mis miedos (de hecho, tiene más de un momento con un subtexto muy interesante). A partir de ahí, prácticamente todo sale bien. Sí, la trama en sí es, bueno, bastante clásica (aunque tiene algunos giros y variaciones interesantes), pero la grandeza de esta película radica, para mí, no tanto en lo general, como en lo concreto: las escenas (tanto de acción como de conversación e, incluso, exposición), los diálogos (tanto los emotivos como los divertidos… y de los segundos hay muchos y genialmente conseguidos), la caracterización, la sensación de grandeza, la chispa de los personajes… Todo lo concreto se suma para hacer que el conjunto sea más grande que la suma de sus elementos, para que Los Vengadores sean más grandes que la suma de sus integrantes. El otro miedo era que esto (seguro que lo habéis leído entre los miedos de otros fans mientras veían trailers y escenas) era que esto fuera un Iron Man 3 y que Tony Stark robara la película: si lo hace, es cuando toca y, si bien es uno de los personajes mejor usados, nunca sentimos que él es el protagonista absoluto.
Pasando a hablar más concretamente, pero sin desvelar nada, diré que me gustaron mucho, pero mucho, algunas cosas. Lo primero, lo perfectamente caracterizados que están los personajes con sus acciones y diálogos (a esto, sin duda, ayudan los actores que creo que están perfectos en sus papeles, especialmente, Robert Downey Jr. que es, sin duda, Tony Stark, y punto). Lo segundo la cantidad de humor con la que Whedon impregna su guión, humor de sonrisa, humor de carcajada, humor de ironía, de referencia, de… todo. La sala del cine en que estuve estaba entregada a cada línea y a cada pulla. Tercero, el uso de Bruce Banner/Hulk es, francamente, sorprendente en el sentido de que uno puede ver cómo se puede usar a un personaje tan complejo de forma seria y menos seria y, encima, quedarse con ganas de más, más y más (una de las mejores frases de toda la película, para mí, es de Banner, una maravilla que me hizo casi llorar, lo juro). Cuarto, la interacción entre los personajes formidable. Y me refiero a la de todos con todos. Quinto, cómo encajan ciertos momentos entre sí. Prefiero no elaborar más este punto, pero creo que está todo perfectamente engarzado y te hace sentir que la película es un algo completo. Y, por último, decir que la dirección de Whedon me ha gustado mucho. Tiene momentos normales, momentos en los que parece que va a rendirse al espíritu blockbuster pero nunca lo termina de hacer, planos muy comiqueros, un plano secuencia que te pone palote… Muy buen trabajo. Y, bueno, que siempre está bien decirlo: la película dura 142 minutos y se pasa en un suspiro.
No quiero hablar más de la película (por si no la habéis visto), porque lo más bello de ésta es salir del cine y comentar tus momentos preferidos con tus acompañantes, rememorar esa línea de diálogo, aquel momento de tal personaje que significó tal o cuál cosa para ti, aquella pelea que hizo que tu niño interior se mojara los calzoncillos del gusto… ¿Es la mejor película de cómics que he visto nunca? Lo seguro es que es la mejor película que yo he visto basada en un personaje de Marvel o DC hasta ahora pero, además, tengo la sensación de que consigue ser como los mejores crossovers de estas compañías: se puede disfrutar sin haber visto lo anterior, pero gana habiéndolo hecho. Gracias, Whedon, de verdad, lo tenías todo en contra y, por mucho que confiáramos en ti (que así ha sido siempre), no podíamos quitarnos la sensación de que algo iría mal hasta que fuéramos al cine a ver qué era lo que nos tenías preparado. Gracias.
P.D. 1: si podéis, por favor, vedla en versión original y en 2D.
P.D. 2: la escena de después de los primeros créditos hará que cualquier amante de los cómics Marvel se ponga un poco cachondo, especialmente si está familiarizado con cierto personaje. Dicho eso: quiero la próxima YA y creo que tiene potencial para que, ahora que todo está establecido, sea aún mejor que ésta (ahora ya nadie me baja del caballo del optimismo ciego y absoluto).